Cipolletti no le pudo ganar a Racing de Olavarría en La
Visera, y quedó obligado a ganar en Mar del Plata para clasificar al nonagonal
por el ascenso directo sin depender de nadie. El albinegro fue muy superior a
un débil equipo olavarriense pero no lo pudo reflejar en el marcador
Arrancó con todo el equipo de Perilli, los primeros 25
minutos del primer tiempo creó tres situaciones claras de gol, hasta una
conversión de Matías Urbano, anulada por el asistente por posición adelantada
tras un potente cabezazo de Lamolla.
Tras el primer aluvión albinegro, Cipo se quedó sin resto y
bajó los decibles, si bien siguió dominando no lastimó al rival, y ni siquiera
ese bajón le permitió a Racing
inquietar. El rival llegó muy golpeado a La Visera, con muchos sustitutos, con
problemas económicos y violentos en su club. Generalmente los equipos que más
se plantan en La Visera son los que llegan sin nada que perder, y Racing no fue
la excepción.
En el segundo tiempo Cipolletti salió con todo. Pero la
desesperación propia comenzó a actuar como baluarte del conjunto visitante.
Cipolletti abusó de los centros, como si el goleador histórico albinegro del
Argentino A estuviese en el área. Y si bien doblegó al rival cuando la
precisión de Chironi y el desborde de Vergara se lo propusieron, le faltó
siempre el toque o la definición final.
Si alguna hubiese entrado, estaríamos hablando de una
superioridad atroz de Cipo. Con el resultado puesto varios hablarán de
imprecisiones y/o irregularidad, como si no se tratase de fútbol. El albinegro
fue con garra y con la convicción de ganar como pedía la etapa de definición, y
si bien faltó juego a un toque y llegar por abajo, sólo lo abandonó la suerte
en el empate ante Racing.
Una victoria en la última fecha clasificará a Cipolletti al
nonagonal, un empate a o una derrota no le quitan las chances, pero habrá que
esperar demasiados resultados de la zona norte y la zona sur para conseguir la
clasificación por la ventana.
Cipolletti sigue dependiendo de si mismo, pero la
responsabilidad se muda al durísimo Mundialista de Mar del Plata, donde al
albinegro le cuesta mucho ganar. Pero también era imposible ganar en Maipú, y
este equipo lo hizo dos veces en tres meses. Este Cipolletti trabajó muchísimo
para llegar a la clasificación, le quedan los últimos 90 minutos ante Unión
para gritar objetivo cumplido, y hacerse respetar en la categoría.
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