Por Nico Díaz
Pitazo del árbitro bahiense Bruno Bocca, final del partido.
Cipolletti debía ganar y una vez más no pudo con su propio ancla en medio de la
oceánica permanencia. Los jugadores y sus caras de impotencia, dolor y desazón.
Los dirigentes que se miran entre sí y no entienden qué pasa. La gente, más
inteligente que todas las patas del fútbol, aplaude porque sabe que aunque el
equipo no responde y tal vez no lo hará, en estos jugadores está su futuro
dentro de la categoría.
Entonces, parece increíble que en el amanecer de la patria
albinegra el panorama sea gris y ya no totalmente negro como el de la despedida
del jueves. La ayuda llegó, desde lejos y puntos distantes. Perdió Desamparados
en San Juan y cayó Brown en Mar del Plata. Suena a poco ante la magnitud de la
historia de Cipo, claro. Pero es necesario aclarar que hoy el albinegro no
puede ser autosuficiente??? No está en condiciones de asegurar su estadía en el
Argentino A solamente con lo propio. Más aún, los dos rivales en la lucha por
no descender ya tuvieron fecha libre. Cipo recién la tendrá en la penúltima
jornada.
Y si analizamos el partido, todo es más concreto. Defensores
de Belgrano jamás se sintió visitante en la visera. Tampoco quiso serlo, lo que
es un mérito grande. Le propuso mucho vértigo para asfixiar en la mitad de la
cancha y cuando recuperó la pelota la jugó con criterio. Presión y precisión,
dos cosas básicas pero tan alejadas en la mayoría de los equipos en cualquier
ámbito que fuere. Ante esto, Cipolletti estuvo desarmado y atado a cualquier
chance de emerger en el partido. El equipo no tiene circuitos de juego y ya no
cuenta con movilidad para escapar de la marca. Por eso no llamó la atención que
se decida tirar pelotazos a Germán Alecha para apostar a segundas jugadas.
Además, de poner fichas en cada pelota parada. Así, pasó por caja en el final
del primer tiempo después del penal convertido por Martínez.
Inmerecido, sí. Totalmente inmerecido. El capataz nada había
producido para estar en ventaja. La fortuna, si existe en el deporte, jugó en
favor de Perilli. Aunque minutos más tarde equilibró los favores. Porque en el
complemento y con el resultado en contra Defensores no se pareció en nada al
buen conjunto que había sorprendido a Cipolletti. Vale aclarar que en el
empate, el Willy Ferreyra aportó lo suyo para que Ciampichetti festeje el
tanto.
Ahora al albinegro le quedan tres partidos en la Reválida:
Madryn, local ante Alvarado y San Juan. Como en toda circunstancia hay cara y
ceca. La buena se da a partir de los malos resultados conseguidos por Brown y
Desamparados, y con el correr de los partidos el temor del descenso va a pesar
en tanto sigan sin sumar de a tres.
La pálida es el rendimiento que ofrece Cipo en cada fecha.
No encuentra caminos ni fórmulas para cantar victoria. Es poco probable creer
que la mano va a cambiar en 10 días( lo que falta para el próximo partido). Por
eso la cabeza puesta en la cancha y en cada final por delante pero el oído muy
atento a la ayudita que pueda venir
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