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viernes, 22 de marzo de 2013

EL OIDO LEJOS, EL FUTBOL TAMBIEN


Por Nico Díaz

Pitazo del árbitro bahiense Bruno Bocca, final del partido. Cipolletti debía ganar y una vez más no pudo con su propio ancla en medio de la oceánica permanencia. Los jugadores y sus caras de impotencia, dolor y desazón. Los dirigentes que se miran entre sí y no entienden qué pasa. La gente, más inteligente que todas las patas del fútbol, aplaude porque sabe que aunque el equipo no responde y tal vez no lo hará, en estos jugadores está su futuro dentro de la categoría.

Entonces, parece increíble que en el amanecer de la patria albinegra el panorama sea gris y ya no totalmente negro como el de la despedida del jueves. La ayuda llegó, desde lejos y puntos distantes. Perdió Desamparados en San Juan y cayó Brown en Mar del Plata. Suena a poco ante la magnitud de la historia de Cipo, claro. Pero es necesario aclarar que hoy el albinegro no puede ser autosuficiente??? No está en condiciones de asegurar su estadía en el Argentino A solamente con lo propio. Más aún, los dos rivales en la lucha por no descender ya tuvieron fecha libre. Cipo recién la tendrá en la penúltima jornada.

Y si analizamos el partido, todo es más concreto. Defensores de Belgrano jamás se sintió visitante en la visera. Tampoco quiso serlo, lo que es un mérito grande. Le propuso mucho vértigo para asfixiar en la mitad de la cancha y cuando recuperó la pelota la jugó con criterio. Presión y precisión, dos cosas básicas pero tan alejadas en la mayoría de los equipos en cualquier ámbito que fuere. Ante esto, Cipolletti estuvo desarmado y atado a cualquier chance de emerger en el partido. El equipo no tiene circuitos de juego y ya no cuenta con movilidad para escapar de la marca. Por eso no llamó la atención que se decida tirar pelotazos a Germán Alecha para apostar a segundas jugadas. Además, de poner fichas en cada pelota parada. Así, pasó por caja en el final del primer tiempo después del penal convertido por Martínez.

Inmerecido, sí. Totalmente inmerecido. El capataz nada había producido para estar en ventaja. La fortuna, si existe en el deporte, jugó en favor de Perilli. Aunque minutos más tarde equilibró los favores. Porque en el complemento y con el resultado en contra Defensores no se pareció en nada al buen conjunto que había sorprendido a Cipolletti. Vale aclarar que en el empate, el Willy Ferreyra aportó lo suyo para que Ciampichetti festeje el tanto.

Ahora al albinegro le quedan tres partidos en la Reválida: Madryn, local ante Alvarado y San Juan. Como en toda circunstancia hay cara y ceca. La buena se da a partir de los malos resultados conseguidos por Brown y Desamparados, y con el correr de los partidos el temor del descenso va a pesar en tanto sigan sin sumar de a tres.
La pálida es el rendimiento que ofrece Cipo en cada fecha. No encuentra caminos ni fórmulas para cantar victoria. Es poco probable creer que la mano va a cambiar en 10 días( lo que falta para el próximo partido). Por eso la cabeza puesta en la cancha y en cada final por delante pero el oído muy atento a la ayudita que pueda venir

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